El chapuzon en la piscina del hotel Nadia (va en tu honor, Ramzi), en Ouazazate nos sento de cine, aunque el recepcionista del hotel, que enseguida se hizo nuestro amigo, nos intento vender un paquete vacacional en el desierto nada mas llegar, eso si, acompanado de un te a ver si hacia negocio. Ouazazate es una ciudad muy tranquila, en la que pudimos pasear sin el acoso de los hiperactivos. Ademas, hizo muy buena noche que aprovechamos cenando en la terraza del restaurante "La serviette d or", en la plaza, y asistiendo a un espectaculo de folklore bereber. Creemos que era una boda. La verdad es que en este viaje estamos viendo muchas bodas, no sera un vaticinio para alguno...
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